Benjumea M. Rev. Nutr. Clin. Metab. 2024;7(3):1-3.
La formación en nutrición humana en el pregrado de médicos y enfermeras es requerida para la adecuada atención nutricional de los pacientes
Human nutrition training in undergraduate medical and nursing education is required for adequate nutritional care of patients
A formação inicial em nutrição humana para médicos e enfermeiros é necessária para a prestação de cuidados nutricionais adequados aos doentes
María Victoria Benjumea Rincón, ND, PhD
https://doi.org/10.35454/rncm.v7n3.673
*Correspondencia: María Victoria Benjumea Rincón.
editor-rmnc@nutriclinicacolombia.org
“Una alimentación insuficiente en una población es signo de pobreza, la desnutrición inadecuada en un hospital es, en la actualidad, un signo de ignorancia”.
Arvid Wretlind(1)
Tuve la oportunidad de ser profesora de nutrición humana de estudiantes de enfermería y de medicina por muchos años y en varias universidades. A pesar de que reconozco que la inclusión del componente de nutrición en estos currículos es un gran avance, también confieso mi frustración por la ausencia de aplicación práctica y de la incorporación teórica en su quehacer profesional reflejada, entre otros indicadores, en las cifras de desnutrición iatrogénica de los pacientes hospitalizados(2). La situación vivida en esas universidades no es ajena a la de otras universidades que también forman enfermeros y médicos en el país y en el mundo(3,4); además, la heterogeneidad de los contenidos de nutrición y de las intensidades curriculares en estos programas de salud es la norma en Colombia, a pesar de las competencias profesionales de salud definidas en 2016 por el Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia(5).
La prevalencia mundial de desnutrición en el paciente hospitalizado (≥30,00 %) demuestra que aún el tamizaje nutricional al ingreso del paciente y la posterior evaluación integral y monitorización de su estado nutricional, durante su estancia hospitalaria, dejan mucho que desear, tanto en Colombia como en muchos países del planeta(6,7).
El apoyo nutricional para el paciente hospitalizado se asocia con la reducción de la mortalidad entre aquellos con malnutrición (desnutrición-obesidad). Los resultados de diversos tipos de estudio(8) respaldan esta aseveración y pueden ayudar a informar a pacientes, a profesionales de la salud, a autoridades sanitarias y a los responsables de la educación formal en salud sobre la utilidad del tamizaje y del apoyo nutricional constante en la práctica clínica, para preservar la vida de los pacientes. Adicionalmente, el énfasis en el tamizaje y la evaluación nutricional se hacen tradicionalmente para desnutrición y no para obesidad, marcando inequidades en la calidad y en el pronóstico de la atención nutricional y de salud del paciente(9).
Los profesionales de la salud contamos con diversos instrumentos para tamizar y evaluar el riesgo de desnutrición –validados o no– en nuestra población multiétnica. Su adopción requiere su validación objetiva y no solo su recomendación por parte de organizaciones nacionales o internacionales de nutrición. Los consensos sobre adopción de instrumentos de tamizaje y evaluación nutricional o de salud son aceptados, en principio, en ausencia de la posibilidad de investigar y de demostrar objetivamente su capacidad predictiva, entre otros requisitos, para malnutrición y mortalidad relacionada con ella. Asimismo, nuestra población es muy diferente a la que tradicionalmente origina esos instrumentos de tamizaje y de evaluación nutricional y, por tanto, la producción de falsos positivos puede ser alta e inaceptable.
En contraste con otras herramientas de detección de uso común para diversas condiciones clínicas, la diferencia entre los instrumentos de tamizaje y de diagnóstico nutricional para la desnutrición no está en el grado de invasividad, dado que las dos herramientas usan cuestionarios o instrumentos que se diligencian junto a la cama del paciente con la incorporación de datos clínicos limitados. La característica distintiva es que las herramientas de detección o tamizaje están destinadas a ser cortas y simples para facilitar el uso generalizado al lado de la cama por parte de enfermeras y auxiliares, mientras que las evaluaciones de diagnóstico requieren generalmente una evaluación más detallada y profunda por parte de un nutricionista(9).
Los instrumentos y herramientas de detección o tamizaje están destinados a identificar a los pacientes en riesgo, que luego deben someterse a un diagnóstico formal utilizando una herramienta de diagnóstico. Sin embargo, tanto en la práctica clínica como en la investigación, los instrumentos o herramientas de detección o tamizaje y de diagnóstico a menudo se utilizan indistintamente, y los pacientes sin un diagnóstico formal y objetivo de desnutrición a menudo reciben intervenciones para tratarla porque producen falsos positivos. De ahí la importancia de la actualización de los profesionales de la salud y la existencia de protocolos institucionales basados en evidencia científica para orientarlos en estos procesos(10-12).
Por tanto, invito a los profesionales de la salud que atienden a pacientes ambulatorios u hospitalizados a llevar a cabo investigaciones con los datos que rutinariamente recogen y producen en su práctica diaria, para demostrar la validez y la confiabilidad de esos instrumentos. Además, hago un llamado al Ministerio de Salud y Protección de Colombia y a las instituciones de salud, hospitalarias y no, a promover la actualización permanente de los profesionales de la salud en la evaluación del estado nutricional del paciente en el curso de vida(9,13,14).
María Victoria Benjumea Rincón, ND, PhD
Editora
Revista de Nutrición Clínica y Metabolismo. Asociación Colombiana de Nutrición Clínica.
Referencias bibliográficas