Trejos-Gallego D. Rev. Nutr. Clin. Metab. 2023;6(4):1-2.
Lo que no se puede medir, no se puede mejorar: la importancia de la evaluación en el proceso de mejora
What cannot be measured, cannot be improved: The Importance of Evaluation in the Improvement Process
O que não pode ser medido, não pode ser melhorado: a importância
da avaliação no processo de melhoria
Diana Trejos-Gallego, ND, PhD
https://doi.org/10.35454/rncm.v6n4.586
*Correspondencia: Diana Trejos Gallego.
dtrejosgnutricion@gmail.com
Cuando se trata de mejorar en cualquier aspecto de la vida, ya sea la salud, el rendimiento laboral o las relaciones interpersonales, hay una frase famosa que resalta por encima de otras: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide, no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”. Esta frase, atribuida al reconocido físico y matemático británico William Thomson Kelvin, es, en esencia, una declaración que destaca la importancia de la medición y la evaluación como pasos cruciales en cualquier proceso de mejora(1,2).
La mejora, ya sea a nivel individual, organizacional o social, se basa en la comprensión de la situación actual y en la identificación de áreas de oportunidad. Sin mediciones precisas y evaluaciones adecuadas, es difícil, si no imposible, determinar dónde se encuentra en un momento dado y cómo progresar hacia metas o estándares deseables.
La medición proporciona una base sólida para la comprensión; permite cuantificar variables y analizar datos, y obtener una visión objetiva de la situación. Cuando no se mide, se encuentra en el terreno de la especulación y la suposición, lo que puede llevar a decisiones erróneas o ineficaces. La medición es la herramienta que ayuda a identificar áreas de oportunidad. Al recopilar datos, es posible descubrir tendencias, patrones y problemas que de otra manera pasarían desapercibidos. Esto es crucial tanto en la resolución de problemas como en la optimización de procesos(1,2).
Para mejorar se deben tener metas y estándares claros. La medición es esencial para establecer estos puntos de referencia y poder, de esta forma, determinar qué se necesita mejorar, cuánto se necesita mejorar y cuándo se ha alcanzado el nivel deseado de mejora.
Una vez que se han establecido metas y estándares, la medición continua permite monitorizar el progreso hacia esos objetivos. Es como un GPS que muestra dónde se está y cómo llegar a un destino.
Otro gran autor de liderazgo, Peter Druker, dijo otra frase de gran relevancia en esta área administrativa: “No hay nada tan inútil como hacer eficientemente algo que no debería haberse hecho”, ya que, por lo general, el desperdicio de esfuerzo en muchas ocasiones, realizado con la mejor de las intenciones, hace mucho daño a los proyectos en desarrollo(3).
Querer avanzar más rápido, desarrollando opciones o ámbitos importantes, cuando hay otros que los sustentan o son su base y todavía no están maduros, y querer alcanzar más de lo que se puede cuando no se mide y se establecen indicadores para cada etapa de los diferentes procesos es trabajar con especulaciones o hipótesis no validadas. Y esto, a su vez, conlleva una mayor susceptibilidad de generar desperdicio.
En resumen, la frase “lo que no se puede medir, no se puede mejorar” es un recordatorio de la importancia de la objetividad y la evidencia en la toma de decisiones y la búsqueda de la mejora. Ya sea en la vida personal, en el ámbito empresarial o en la ciencia, la medición y la evaluación son herramientas esenciales que permiten comprender, identificar oportunidades, establecer metas, monitorizar el progreso y alcanzar los objetivos de manera efectiva(1,2).
Diana Trejos-Gallego, ND, PhD
Nutricionista, Hospital Santa Sofía de Caldas; PhD, docente de Nutrición, Especialización en Medicina Intensiva, Universidad de Manizales. Caldas, Colombia. Presidente, Asociación Colombiana de Nutrición Clínica (ACNC) 2023-2025.
Referencias bibliográficas