Pérez A. Rev. Nutr. Clin. Metab. 2023;6(1):1-2.
Empatía y com-pasión: la medicina que el mundo necesita
Empathy and com-passion: The medicine the world needs
Empatia e compaixão: o remédio que o mundo precisa
Angélica María Pérez Cano1
https://doi.org/10.35454/rncm.v6n1.514
*Correspondencia: Angélica María Pérez Cano.
presidencia@nutriclinicacolombia.org
“Si quieres que otros sean felices, practica la compasión. Si quieres ser feliz, practica la compasión”.
Dalai Lama
La desnutrición relacionada con la enfermedad es cada vez más prevalente en nuestras instituciones de salud y, de alguna manera, todo lo que hemos discutido en diferentes escenarios académicos sigue sin prosperar. Cuando llegamos a la práctica clínica, seguimos evidenciando pacientes con ayunos prolongados, pacientes sin retamizar, cuando en la primera medición no se evidencia riesgo, sin intervenciones nutricionales oportunas o tempranas, prejuicios, no adaptaciones o cambios desde la cultura alimentaria de los pacientes para mejorar la aceptación de la vía oral o cuando se calculan objetivos nutricionales, pero al iniciar la terapia nutricional, no se realiza el debido seguimiento nutricional, como quisiéramos en la teoría, para asegurarnos de la óptima calidad que tenemos la obligación de brindar.
La mala calidad en el cuidado nutricional hoy nos llena de motivos para trabajar, desde la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica (ACNC), arduamente en este sueño que es a nivel nacional e internacional, el poder hacer que cada uno de nuestros pacientes nos toque el alma y que transformemos nuestra atención a cómo si fueran familiares cercanos.
Como presidente de nuestra prestigiosa ACNC, y desde varios años atrás, en lo personal ha sido un gran reto crear empatía en todos los grupos de terapia nutricional, pero hoy quiero compartirles una experiencia personal que ha intensificado la necesidad de ver como misión este trabajo de sensibilizar el mejor cuidado nutricional para nuestros pacientes.
Mi hijo, un joven de tan solo 16 años, padece de hipertensión endocraneal y en 4 oportunidades permaneció en la unidad de cuidado intensivo, con intervalo de 1 mes en cada ingreso. Cada vez que volvíamos a la clínica eran días de desespero, viendo cómo cada vez más iba desplomándose nutricionalmente y toda la teoría de los libros del estado más profundo de desacondicionamiento físico, que pasa por la sarcopenia y la fragilidad, se apoderaban de un joven de escasos 16 años. Lo peor de todo, de nada valía ser nutricionista, estar en un proceso de concientización del cuidado del paciente desde la presidencia de la ACNC, para que alguien en la institución se interesara por el estado nutricional en el deterioro que iba presentando.
En lo personal, creo que la empatía y la compasión son las fuerzas que mueven el mundo y lo que a todo nivel se requiere para que se transforme una realidad. La empatía es la habilidad intelectual y emocional de ubicarnos en la situación del otro y comprender sentimientos y pensamientos; pero para tener empatía se necesitan profesionales que quieran escuchar a sus pacientes y cuidadores; por esto hoy es el momento de invitar a todos los que lean esta carta, para hacer un llamado SOS a mejorar sus prácticas clínicas desde la empatía y la com-pasión, que significa a su vez “sentir juntos”, haciéndonos conscientes de las distintas realidades y a cuidar con amor, recordemos siempre que cuidar es nuestra misión.
En el caso de mi hijo, durante esos meses tuvo un deterioro nutricional, con una disminución de peso del 12 %, de la masa muscular del 8 % y de la fuerza en 10 kg en tan solo 6 meses. Hoy, luego de varios meses de retorno a casa y de una delicada cirugía, no ha podido volver a entrenar el deporte que siempre ha practicado y no ha recobrado su fuerza y condición física.
Hoy se afianza aún más mi empatía y com-pasión en mi trabajo diario, desde allí, el resto de mi vida buscaré aliados para hacer un ejército de profesionales que hagan propio cada caso que llegue a nuestras manos y busque nuestro cuidado.
Este número de la revista es muy importante, nos debe hacer conscientes de un proceso de cuidado nutricional obligatorio que permita mejorar las cifras de la desnutrición relacionada con la enfermedad y de la malnutrición hospitalaria iatrogénica que vemos en el día a día.
Gracias a los que ya tienen el proceso de interiorización de la palabra “cuidado” y hacen lo mejor por sus pacientes minuto a minuto, día a día. Tenemos mucho por trabajar e impregnar a nuestros compañeros, directivos, colegas, asesores y aseguradores de esta misma pasión y el ánimo a continuar, que sí se puede.
Hoy les habló el ser humano que hay detrás de la presidente y desde el corazón invita a todos los lectores a transformar el mundo, por un mejor mañana en la terapia nutricional.
“Mira con los ojos del otro, escucha con los oídos del otro y siente con el corazón del otro”.
Alfred Adler
Angélica María Pérez Cano, ND, Esp, MSc
Presidente de la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica (ACNC). Nutricionista Dietista, Magíster en Nutrición Clínica.